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lunes, 25 de enero de 2010

Los saludos

No hace mucho comentaba lo absurdo que resulta que un desconocido, por ejemplo en un ascensor, te diga hasta luego al salir, excepto si es adivino, claro.

Pero es que el temita de los saludos, despedidas y demás da mucho de sí. Uno que me desconcierta sobremanera es el típico “¿Qué hay?”. Ante semejante pregunta uno se queda un tanto desconcertado, pensativo, con cara de interrogación… ¿Qué hay? –me pregunto- Que hay ¿dónde?

Otro de parecida calaña es el “¿Qué tal estás?”. Y en tu fuero interno empiezas a preguntarte: ¿cómo estoy física, psíquica o emocionalmente? Incluso te planteas la posibilidad de darle un parte médico o algo parecido.

Las despedidas también tienen su puntito críptico, como por ejemplo el “hasta pronto”. Y de nuevo me pregunto ¿Por qué la gente está tan segura que nos volveremos a ver pronto? ¿Y si no vuelves a verlo nunca más? Pero seamos realistas; las despedidas tienen bastante más de hipócrita que de críptico, todo hay que decirlo. ¿Quién no ha hecho uso en alguna ocasión de la consabida frase: “un día de estos quedamos”? Y eso se dice a sabiendas que vas a hacer todo lo posible para evitar que llegue ese día. ¿No sería más fácil decir no quedo contigo ni loco? Algo parecido sucede con el “quedamos así”, que de entrada te preguntas ¿y cómo es así? ¿En alguna postura concreta? Y es que las palabras dicen eso: que quedamos así, pero la realidad dice que hay muchas probabilidades de que no quedemos así ni de ninguna otra manera.

Ahora bien, y abundando en este último tipo de saludo, el que en verdad se lleva la palma, en mi opinión, es el: "me llamarás ¿no?" Frase final de muchas citas a ciegas. Pues no, no te llamara. De hecho el que hace esta pregunta ya debería saber que no tiene nada que hacer. ¡Que no! No te llamará ni harto de vino, o sea que ¿por qué preguntas?

Ahora bien; uno de los saludos que más me confunde es el típico “¿cómo estamos?”. De entrada, lo primero que se me ocurre pensar es ¿Cómo estamos quienes? ¿Tú y yo? ¿Todo el pueblo? ¿La humanidad entera?

De parecido pelaje es también el escueto “que tal". Tú lo analizas fríamente, concepto por concepto; “que” y “tal", y la verdad, por más que te estrujes el cerebro no llegas a ninguna conclusión coherente, exactamente lo mismo que sucede con todo este escrito.

3 comentarios:

  1. ¡ Hola ! ¿Qué hay? ¿Qué tal? Pasaba por aquí y nada... decir que me ha encantado este post XD

    ¡ Hasta pronto ! jajaja

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  2. Originalidad. Simpatica entrada. Saludos.

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  3. hola ¿qué tal?..... jijijiji está genial esta entrada y tienes toda la razón! es cierto que a veces se queda uno parado sin saber qué decir cuando te cruzas con alguien y te dá los buenos días... piensas co.o le conozco y no le recuerdo?

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