Más cosas y reflexiones

Ayer me dijeron en el banco que a partir de ahora era un cliente preferencial. Después me enteré de que eso significa que me van a estafar con más disimulo que al resto.


¿Por qué las cosas excelsas, que destacan o que se consideran entre lo mejor se las compara con la copa de un pino? “Un profesional como la copa de un pino” ¿Qué es lo que tiene la copa de un pino? ¿Qué pasa con la copa de un roble? ¿Es una mierda?


Una de mis últimas reflexiones tiene que ver con la conocida máxima “Conócete a ti mismo”. Por más que dicha frase la pusieran los sabios en el templo de Delfos, no deja de ser un tanto cuestionable, primero por su construcción lingüística: conócete ya se supone que es a ti, no va a ser conócete al vecino. Y si además le añadimos “mismo”, pues todavía mayor redundancia. Y en cuanto a su significado, la verdad, hay unos cuantos tipos que es mejor que no se conozcan, empezando por mí, claro.


¿Por qué no hablan directamente de gente que salta por los aires hechos pedazos, en vez de daño colateral?


¿Os habéis fijado que cuando alguien suelta esa frase de “deberíamos hacer eso”, el que la propone espera que sea cualquier otro quien lo haga?


Es curiosa esa expresión de “dignidad humana”, pues tiene la curiosa particularidad de, por un lado, dignificar el término humano, y por otro, de deshumanizar el término dignidad.


Hablando de dignidad, el otro día alguien decía que el trabajo dignifica. Llevo treinta años en el mismo trabajo y no siento nada dignificado. ¿Tardará mucho en surtir efecto?


¿Por qué un tipo al que no conozco de nada, cuando salía del ascensor, me ha dicho “hasta luego”? ¿Es que nos vamos a volver a ver? ¿Cómo lo sabe?


¿Los gatos blancos creen que van a tener mala suerte si se les cruza un hombre negro?